
Le debo a mi pastor apoyo en sus planes para la iglesia y sus metas para la grey.
Le debo mi paciencia. El tiene mucho más a quien atender además que a mi.
Le debo mi comprensión. El es tan humano como yo el se cansa, se siente solo y a veces se desanima así como cualquier otro individuo.
Le debo mi silencio cuando otros tratan de lograr que hable en contra de sus planes o su carácter.
Le debo mi voz en aprobación cuando otros hablan bien de el o de sus triunfos como siervo de Dios.
Le debo mi mano de compañerismo; el siendo uno solo no lo puede hacer todo.
Le debo mi responsabilidad financiera para que no tenga de que preocuparse de cosas terrenales al pugnar por hacer el trabajo celestial.
Le debo amor. El amo mi alma lo suficiente para dedicarse por salvar la misma.
Le debo mi atención cuando el habla de la palabra de Dios. Mientras yo escuche, aprenderé. Le debo mi amistad. Aun Jesús necesito amigos. El escogió a doce.
Le debo mis oraciones. El es el único miembro de esta iglesia que no tiene pastor.